La facturación automática es uno de los grandes adelantos en materia de gestión empresarial. De hecho, todos los departamentos de RRHH de grandes corporaciones han abrazado esta nueva forma de entender la gestión de facturas, y un número cada vez mayor de Pymes y autónomos está en ello.
Estos últimos tienen la oportunidad de acceder a respuestas automáticas y sencillas como Sage, que además permiten alojar gran cantidad de datos en la nube para ser compartidos y rescatados cuando lo necesitemos.
El poder del análisis de datos al alcance de cualquier empresa
Hacer facturas a mano, contabilizarlas y entregarlas al estilo tradicional, es ya cosa del pasado. Ahora, toda empresa cuyo objetivo sea optimizar su actividad opta por un sistema de facturación automático.
¿Por qué? Porque garantiza cuatro aspectos básicos y determinantes para la empresa:
Un importante ahorro de papel: Gracias a los softwares de facturación automática, estas se ejecutan desde el ordenador o cualquier dispositivo móvil, y se presentan en PDF o en formato digital. Tampoco hace falta imprimirlas, pues se envían a través de plataformas online o de mensajería instantánea. Adiós al papeleo.
Un importante ahorro de tiempo: La automatización de las facturas quiere decir que el responsable de generarla no tiene que crear la plantilla, añadir los requisitos legales, estampar el logo, calcular las retenciones o buscar la serie numérica que toca, todos estos datos se generan automáticamente sin que el profesional tenga que hacer nada.
Mayor control en la gestión de la facturación: Los sistemas de facturación automática dejan poco margen al error. Además, almacenan los datos de por vida, nos ayudan a buscar la factura que necesitamos en cuestión de segundos y ofrecen informes y análisis detallados en base a los parámetros que deseamos. Es decir, permiten el control total.
Un incremento en la productividad de los empleados: Si los empleados ya no pierden el tiempo con la facturación, pueden dedicarlo a tareas de mayor valor añadido para la empresa, como el diseño de planes de mejora para los empleados o clientes, o el análisis de datos de ventas.
Un sistema de facturación automático alojado en la nube añade a estas ventajas, además, las de seguridad (podemos rescatar todas las facturas si fallan los dispositivos electrónicos de la empresa), accesibilidad (podemos acceder a los datos desde cualquier lugar a cualquier hora) e inmediatez (consultar cualquier factura será cuestión de segundos).